El rincón protegido más famoso de la región de Liguria es el Parque Nacional de las Cinque Terre. Mar transparente y acantilados que se precipitan en el agua; burgos arraigados en cimas de rocas, con accesos al mar conquistados con dificultad y terrazas que surcan tenazmente el perfil de los montes muy cerca de la costa, nos cuentan la antigua relación entre las poblaciones y la naturaleza. Estas son las Cinque Terre, un microcosmos que, en poco menos de 20 km de costa y con un interior inmediato, encierra quizás la quinta esencia de la Riviera di Levante. Un lugar en el que se conserva en milagroso equilibrio la relación entre el ser humano y el medio ambiento, razón por la cual la UNESCO lo declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1998. El característico paisaje de colinas es un ejemplo extraordinario de arquitectura-paisaje: el perfil de los montes, completamente moldeado con terrazas, está cultivado sobre todo con viñedos (desde donde se obtiene el célebre Sciacchetrà) y con olivares. Las Cinque Terre se suceden de este a oeste de la siguiente manera y son: Riomaggiore, Manarola, Corniglia, Vernazza y Monterosso al Mare, los pequeños burgos costeros de los que deriva el nombre, conectados entre sí por un sendero que corre a lo largo del mar, todavía hoy utilizado por los habitantes.

Los burgos

De las Cinque Terre, la más oriental es Riomaggiore, introducida en un espléndido valle que desemboca en una estrecha playa; desplazándose hacia occidente se encuentra Manarola, escenográficamente recogida en las rocas que dominan el mar. Una estupenda carreta peatonal incisa en la roca viva, la “Via dell’Amore”, la conecta a Riomaggiore. Más adelante se encuentra Corniglia, situada en un altiplano de roca que se precipita en el mar. En una de las posiciones más encantadoras se encuentra Vernazza, parte engastada en un valle, parte elevada en una roca que se precipita en el agua. Y para concluir Monterosso al Mare, pintoresco burgo de pescadores.

Riomaggiore

Riomaggiore

Situado en un espléndido valle a los lados del torrente del que toma el nombre, hoy cubierto, está constituido por dos grupos de casas altas y estrechas, a las que se accede desde distintos planos, hasta desembocar en una pequeña playa.

Manarola

Manarola

Posicionado en la cima de un acantilado que se precipita en el mar, ofrece, con sus casas compactas y de colores, un gran impacto visual.

Corniglia

Corniglia

Es en realidad un burgo de cima, elevado en el cerro. La playa, situada a unos cien metros más abajo, es muy bonita y está bien protegida. Del pueblo, desde siempre centro agrícola, se aprecia sobre todo el cultivo de las vides, que produce, en cantidad muy limitada, el vino blanco de las Cinque Terre y el Sciacchetrà.

Vernazza

Vernazza

Se recoge en torno a una ensenada que se parece a un pequeño fiordo y que alberga un pequeño puerto, ya activo en la antigüedad para los comercios. Esta característica lo ha convertido en el centro más rico de la zona, mientras que el connubio entre características ambientales y valor arquitectónico lo convierte en el burgo más escenográfico.

Monterosso

Monterosso al Mare

Allí se respiran todavía las atmósferas evocadas de algunas líricas del Premio Nobel Eugenio Montale (1896-1981), que durante su juventud pasó allí sus vacaciones en familia. Al lado del burgo antiguo, con las iglesias de San Juan Bautista y de San Francisco, se desarrolla la zona turística de Fegina, con una playa de arena.